El endometrio es la parte que recubre el interior del útero. En algunas mujeres éste tiende a crecer de forma excesiva y dar lugar a los pólipos endometriales, unas prolongaciones con forma de dedo que se adhieren a la pared del útero.
Los pólipos pueden afectar al 20 por ciento de la población. Su tamaño y número puede variar en cada mujer. En algunas puede haber un único pólipo tan pequeño como una semilla, mientras que en otros casos puede llegar a ser similar a una pelota de ping-pong, o presentar varios.
A día de hoy, tal y como explica Guillem Cabero, ginecólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona, se desconoce por qué surgen los pólipos. “Conocemos grupos de mujeres donde esta patología se da con mayor frecuencia y por lo tanto nos obliga a tener un mayor control”, afirma. “Estas mujeres suelen ser obesas con estados de hiperestrogenismo persistente o pacientes con tratamientos específicos como el tamoxifeno (muy utilizado en el cáncer de mama) o mujeres con antecedentes de cáncer genético sobre todo, de colon”.
El desconocimiento sobre esta afección es grande pese a que afecta al 20 por ciento de las mujeres, por lo que Cabero resuelve algunas de las dudas más frecuentes:
¿Qué síntomas tiene la mujer?
El pólipo se puede manifestar de distintas maneras, aunque la mayoría de los pólipos no producen síntomas: muchos de los pólipos se diagnostican de manera casual durante una revisión rutinaria.
En las situaciones en las que sí hay síntomas, el más frecuente es la alteración del sangrado vaginal. “Ya sea con manchados de regla más prolongados y/o abundantes en el tiempo, también en forma de sangrados después de mantener relaciones sexuales o pérdidas irregulares fuera de la regla”, señala Cabero. “Algunos pólipos productores de moco (mucho menos frecuentes en número) se pueden manifestar como un aumento en el flujo de la mujer”.
Raramente un pólipo producirá dolor.
¿Cómo afectan a sus posibilidades de quedarse embarazada?
Alrededor del 20-25 por ciento de las mujeres que son estériles tienen pólipos endometriales. De hecho, la evidencia científica destaca que el tratamiento de un pólipo grande (superior a 2 cm) mejora claramente el resultado fecundación.
¿Son malignos los pólipos?
Según Cabero, menos del cinco por ciento de los pólipos son malignos o premalignos. “La probabilidad de sufrir un pólipo maligno aumentará sobre todo en mujeres pre o postmenopáusicas (¡es muy raro encontrar un pólipo maligno en mujeres fértiles!)”, afirma el especialista.
La clínica del pólipo maligno es de manchado posmenopáusico y hay estudios que también correlacionan el tamaño del mismo (superior a 2 cm) con la mayor posibilidad de que sean malignos. También en las pacientes con tamoxifeno es más frecuente la que no sean benignos.
El experto incide en que únicamente podremos contemplar no sacar aquellos pólipos que sean pequeños (menores de 1 cm), asintomáticos y estables en el tiempo. El resto se tienen que sacar.
¿Cómo se diagnostican?
El método de diagnóstico más habitual suele ser la ultrasonografía aplicada por vía vaginal. “Aumentamos el diagnóstico de los mismos si se realiza en la primera fase de la menstruación en mujeres fértiles ya que es entonces cuando el endometrio está menos estimulado y es menos frecuente que se nos pueda pasar desapercibido”, aclara Cobero, quien señala que los avances en pruebas diagnósticas han permitido la posibilidad de hacer la ecografía añadiendo líquido dentro de la cavidad para poder separar las dos paredes del uterines y poder ver con mayor exactitud la presencia o no del mismo. Esta prueba se llama histerosonograma
Otra manera de diagnosticarlo es haciendo una biopsia endometrial a ciegas, aunque esta técnica está en desuso en los países desarrollados. Actualmente, el estudio y tratamiento de la cavidad endometrial se realiza con histeroscopia, una prueba que permite abordar el interior del útero a través del cérvix bajo control de visión.
¿Se pude prevenir su aparición?
Como no sabemos su origen no podemos prevenirlos.
¿Qué tratamientos hay?
El tratamiento del pólipo, en la mayoría de los casos, suele ser la extirpación del mismo.
La histeroscopia es una tecnología sencilla y muy poco invasiva que permite su extracción de manera muy rápida y segura.
¿Debe preocuparse la mujer?
“Rotundamente no”, responde tajantemente Cobero, quien explica que la posibilidad de que un pólipo endometrial sea maligno es rara. Además, su extracción fácil y segura. “Incluso ante la sorpresa de un pólipo maligno, la simple extracción del mismo puede representar su curación sin tener que hacer nada más”, concluye el experto.
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